viejos fantasmas rondan mi puerta
ecos lejanos, regresan en la oscuridad.
voces, caricias, ocultas historias
que me negue a contar.
vibra un inmenso vacio en mi pecho
con los torpes y polvorosos latidos
de este reseco corazon.
ya no hay lagrimas, ya no hay dolor
tiempo y solo tiempo
hasta que muera el reloj.
viejos fantasmas rasguñan mi puerta
pero estoy demasiado solo para sentir
y demasiado loco para olvidar.
susurrare tu nombre al viento
hasta que mi triste lamento
sea mi arenga de muerte
o tu decidas regresar.